El conocimiento local es la clave del éxito en América Latina
Las empresas pueden tardar años en adquirir conocimiento local cuando entran en un mercado extranjero y establecen su presencia. Desde el principio, existen toda clase de obstáculos que pueden poner rápidamente en riesgo las operaciones si no se gestionan con cuidado, por lo que es fundamental contar con el asesoramiento y la asistencia de expertos desde el principio.
Esto es aún más importante en la actualidad, con el comercio global y el enfoque puesto en los mercados emergentes donde se pueden obtener grandes ganancias. Como una región con un gran potencial de crecimiento, América Latina ofrece un atractivo especial para muchas empresas multinacionales. Sin embargo, sin la ventaja clave del conocimiento local, puede ser demasiado fácil que las empresas tropiecen incluso antes de iniciar sus operaciones.
Complejidad de negocios
De acuerdo con el Índice Global de Complejidad Corporativa 2021, América Latina es la región más compleja del mundo para que las empresas internacionales hagan negocios. Seis de los países de la región se ubican entre las diez jurisdicciones más complejas donde hacer negocios, desde el punto de vista normativo y de cumplimiento.
Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de que las empresas que se instalan por primera vez en América Latina cuenten con el nivel adecuado de conocimiento y apoyo local para ayudarles a aliviar la carga administrativa, de modo que puedan centrarse en lo que mejor saben hacer.
Desafíos de nómina
La nómina es, quizás, uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las empresas extranjeras en toda América Latina.
La región comprende un grupo de mercados muy distintos y complejos. En lo que respecta a la nómina, las empresas tienen que lidiar con una amplia variedad de leyes laborales y normas fiscales y múltiples niveles de complejidad. También tienen que diferenciar entre un requisito legal y una práctica comúnmente aceptada, que puede ser muy distinta.
Sin embargo, hay dos acciones claves que las empresas pueden realizar para mantenerse al día con los cambios legislativos actuales y futuros.
La primera es colaborar estrechamente con otras funciones internas, como los equipos de impuestos y tesorería, asuntos legales, compensaciones y beneficios, y recibir asesoramiento y orientación de los proveedores de sistemas y servicios. Intentar personalizar los sistemas internos para seguir el ritmo del volumen de cambios podría resultar una falsa economía.
La segunda es aportar conocimientos especializados a nivel local. Puede tratarse de un experto interno o de un proveedor de nómina local con experiencia, pero debe comprender la complejidad de la jurisdicción y tener los recursos y la capacidad de responder rápidamente a los cambios.
Saber qué esperar y cómo operar en entornos empresariales muy diferentes a los de Estados Unidos, por ejemplo, es de vital importancia.
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