Francia fue clasificada como la segunda jurisdicción más compleja del mundo para las empresas en el reciente Índice Global de Complejidad Corporativa (GBCI) de TMF Group, debido a los difíciles procesos contables y fiscales y a la normativa en materia de recursos humanos, muy centrada en los empleados.
Sin embargo, Francia es un mercado dinámico con un entorno empresarial favorable a la inversión, un marco jurídico estable y transparente y generosos incentivos fiscales para la investigación y el desarrollo.
Una jurisdicción muy regulada
Aunque Francia es una jurisdicción muy regulada, ofrece una garantía de transparencia, continuidad y seguridad jurídica.
Los procesos administrativos formales y los elevados estándares de regulación se basan en la normativa de la Unión Europea (UE) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros:
- Declaración UBO: divulgación del beneficiario o beneficiarios finales de una empresa.
- Normas de divulgación obligatoria (MDR): Obligaciones de información del CAD6, en relación con determinados acuerdos internacionales.
- Reglamento general de protección de datos (GDPR).
Sin embargo, con el fin de promover la expansión de las empresas y atraer la inversión extranjera, el gobierno francés sigue explorando formas de mejorar el entorno normativo del país.
Tipos de entidades
Tradicionalmente, las estructuras empresariales francesas se dividen entre sociedades de responsabilidad limitada y sociedades de responsabilidad ilimitada. Sin embargo, en Francia existen muchos tipos de entidades para soluciones empresariales a medida. Las más utilizadas son:
- Société par actions simplifiée (SAS) o sociedad por acciones simplificadas.
- Société à responsabilité limitée (SARL) o sociedad de responsabilidad limitada.
- Société anonyme (SA) o sociedad anónima.
- Société civile immobilière (SCI) o sociedad de inversión inmobiliaria.
Es importante revisar la estrategia de su empresa para elegir la mejor entidad para su negocio en Francia.
Constitución y dirección
La constitución de una empresa implica varios pasos.
El equivalente francés de la SRL, la SARL, ofrece una responsabilidad limitada para todos los accionistas, no sólo para los directores y gerentes. Es relativamente fácil de constituir, poco costosa y flexible en cuanto a la financiación.
Una empresa puede constituirse en aproximadamente un mes cuando todos los documentos están en orden. Los documentos necesarios son los estatutos (por duplicado), una carta de nombramiento de los administradores y una lista con los nombres completos, domicilios, ocupaciones y nacionalidades de cada accionista. No existe un capital social o una inversión mínima.
Aunque no hay ningún requisito de nacionalidad o residencia, los directores pueden ser considerados responsables del incumplimiento de la empresa.
Abrir una cuenta bancaria
Se sabe que la apertura de cuentas bancarias es problemática en Francia. La normativa contra el fraude y el blanqueo de capitales y las normas asociadas en torno al proceso "Conozca a su cliente" han aumentado el control, pero el proceso de apertura de una cuenta comercial es obligatorio, y esta complejidad hace que pueda llevar meses.
Para abrir una cuenta, el banco suele exigir los documentos corporativos (estatutos y extracto de registro); un organigrama completo y firmado; y una identificación clara de cada beneficiario final, incluidos los datos personales clave y copias de los pasaportes de los directores.
Complejidad en la gestión de las entidades
Toda la contabilidad en Francia está sujeta a los requisitos lingüísticos locales, lo que puede suponer un reto para las empresas no francófonas. Los documentos contables se realizan en francés, con el euro como moneda, y los principios de contabilidad generalmente aceptados (PCGA) franceses son obligatorios.
Francia es una de las jurisdicciones más complejas del mundo en materia de recursos humanos y nómina. Las empresas pueden tener que lidiar con muchos cambios y actualizaciones en materia legal, y cada año se promulgan nuevas leyes en materia financiera.
La gran complejidad y la constante evolución de las normativas contables y fiscales y de RR. HH. y nómina exigen encontrar el socio estratégico adecuado que garantice el cumplimiento normativo, se adapte al lenguaje de la normativa local y apoye su estrategia de crecimiento.
Lengua y cultura
Es importante que las empresas que entran en el mercado francés tengan en cuenta las normas locales y entiendan las diferencias culturales, para que el proceso de constitución y gestión de la entidad sea lo más fluido posible.
Aunque todos los trámites empresariales en Francia están sujetos a los requisitos lingüísticos locales, el gobierno francés está proponiendo más servicios en inglés a los inversores extranjeros en sus sitios web institucionales y ha lanzado la iniciativa de “Business France”, un sitio web destinado a promover las empresas francesas en el extranjero y fomentar la inversión entrante ayudando a las empresas extranjeras interesadas en establecer operaciones en Francia.
La asistencia local es fundamental para lidiar con las complejidades administrativas y lingüísticas.
Si bien Francia puede ser una jurisdicción compleja para la constitución y gestión de entidades, el gobierno está aplicando actualmente una nueva visión pragmática para promover más inversiones.
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