Cinco consideraciones para preparar las operaciones de fondos privados para el futuro

Para enfrentar los desafíos actuales y prepararse para el futuro, los administradores de fondos privados deben ir más allá de soluciones temporales y, en su lugar, incorporar resiliencia en sus estructuras organizacionales. Esto implica tratar el cumplimiento normativo y la gestión de riesgos como pilares estratégicos del negocio, y no solo como funciones tácticas.
Para la mayoría, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Las obligaciones regulatorias están aumentando en todos los mercados principales. Las amenazas cibernéticas se intensifican. La inestabilidad geopolítica genera volatilidad, mientras que el incremento en los costos operativos y de cumplimiento está reduciendo los márgenes. En este entorno, los inversionistas prestan tanta atención a la infraestructura operativa como al rendimiento del fondo.
Las firmas mejor posicionadas para atraer capital institucional serán aquellas que integren la resiliencia de manera más efectiva en sus organizaciones. Exploremos cinco prioridades que los administradores de activos deben tener muy presentes hoy en día.
1. Integrar el cumplimiento normativo en toda la organización
Actualmente, la regulación impacta todas las funciones de una firma de inversión, desde la generación de oportunidades y la valuación hasta la elaboración de informes para inversionistas. Las normas para asesores de fondos privados de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) y las directivas NIS2 en Europa, así como los regímenes de privacidad en evolución como el RGPD y el CCPA, ilustran cómo las obligaciones ahora abarcan gobernanza, protección de datos y resiliencia operativa.
A menudo, los administradores responden a estas normativas de forma reactiva, tratando el cumplimiento como un ejercicio de marcar casillas. Este enfoque genera brechas y pone en riesgo la credibilidad tanto ante los reguladores como ante los inversionistas. En cambio, los administradores con enfoque operativo integran el cumplimiento en toda la organización, incorporándolo en las estructuras de gobernanza y en la toma de decisiones de inversión.
Cada vez más, los inversionistas evalúan la infraestructura operativa junto con el historial de rendimiento. Esto significa que el cumplimiento no debe recaer únicamente en Chief Compliance Officer o en el equipo legal. Los equipos de inversión deben estar capacitados para entender cómo los nuevos requisitos regulatorios afectan la estructuración de transacciones. Los comités de valuación deben considerar aspectos de cumplimiento al revisar metodologías. Los profesionales de relaciones con inversionistas deben dominar las obligaciones de divulgación para poder comunicarse con transparencia con los socios limitados (LP). Integrar el cumplimiento en toda la organización sienta las bases, pero sin las herramientas adecuadas, puede volverse costoso e ineficiente. Es aquí donde entra la inversión en tecnología regulatoria (RegTech).
2. Invertir en tecnología regulatoria y automatización
El costo del cumplimiento normativo sigue en aumento, al igual que la urgencia de reemplazar los procesos manuales por soluciones automatizadas. Según PwC, el 74 % de los administradores de activos planea incrementar el uso de tecnología para cumplir con sus obligaciones regulatorias.
Adoptar tecnología regulatoria (RegTech) y automatización cumple dos objetivos: genera eficiencia y demuestra a los inversionistas que la firma cuenta con una infraestructura de nivel institucional. Esta señal es clave, especialmente ahora que la debida diligencia operativa se ha vuelto tan rigurosa como la debida diligencia de inversión. Los inversionistas quieren asegurarse de que los datos que respaldan las valuaciones, los informes de rendimiento y las presentaciones regulatorias sean precisos, consistentes y oportunos.
Sin embargo, para muchas firmas, construir sistemas y equipos internos para las funciones de middle y back office no es una opción viable. En su lugar, optan por asociarse con proveedores que ofrecen experiencia y tecnología como parte de una solución tercerizada. La tecnología puede simplificar la complejidad regulatoria, pero también introduce vulnerabilidades. Por eso, la siguiente prioridad es invertir en defensa cibernética.
3. Invertir en defensa cibernética
El riesgo cibernético se ha convertido en una de las mayores amenazas para los fondos privados, y los reguladores de todo el mundo exigen mayores niveles de cumplimiento y seguridad. Por ejemplo, el reglamento DORA en Europa exige que las firmas demuestren su capacidad para resistir, responder y recuperarse de incidentes cibernéticos.
Para los fondos privados, la verdadera prueba de resiliencia cibernética radica en demostrar preparación. Los inversionistas ahora esperan ver una gobernanza cibernética como parte del proceso de selección de administradores, solicitando evidencia de políticas y supervisión por parte del consejo directivo. Un administrador de fondos que pueda presentar una política cibernética que abarque prevención, detección y recuperación genera mayor confianza en su capacidad para proteger datos financieros y personales sensibles, convirtiéndose en un diferenciador clave que puede inclinar la balanza a su favor durante el proceso de obtención de capital.
4. Desarrollar agilidad operativa
El entorno global sigue siendo volátil. Aunque los administradores no pueden controlar los eventos externos, sí pueden demostrar agilidad en sus operaciones. Los inversionistas prestan especial atención a cómo un administrador responde ante cambios regulatorios repentinos, buscan evidencia de que los reportes siguen siendo precisos y que el capital puede utilizarse o reservarse de manera estratégica.
La agilidad operativa requiere contar con las herramientas e infraestructura adecuadas. Las plataformas avanzadas de gestión de flujos de trabajo permiten a los administradores monitorear procesos en tiempo real. Así, los equipos internos y los proveedores de servicios pueden conocer el estado de tareas y proyectos, lo que impulsa una mayor eficiencia y mejora la comunicación. Los sistemas consolidados de reportes integran datos de múltiples fuentes en una sola vista, lo que reduce la duplicación de esfuerzos y permite una toma de decisiones más ágil. Estas capacidades no solo mejoran la transparencia, sino que también generan eficiencias internas, de modo que los administradores puedan adaptarse rápidamente ante cambios en el mercado o nuevas exigencias regulatorias.
5.Ver la tercerización como una ventaja estratégica
No muchos administradores de fondos pueden desarrollar internamente funciones sólidas de cumplimiento normativo, ciberseguridad y elaboración de reportes regulatorios. El alcance es demasiado amplio y el ritmo de cambio, demasiado acelerado. Hoy en día, los administradores ven la tercerización como una herramienta estratégica.
Al asociarse con proveedores confiables, los administradores pueden acceder a experiencia especializada, infraestructura escalable y conocimiento transfronterizo. Esto reduce la necesidad de contratar y capacitar talento escaso internamente, al tiempo que permite cumplir con los plazos regulatorios y de reportes para inversionistas. La tercerización también alivia la presión sobre los ejecutivos senior, en particular los CFO y CCO, permitiéndoles enfocarse en actividades que realmente agregan valor.
La flexibilidad en los modelos de tercerización también se ha ampliado, lo que permite a los administradores elegir el enfoque que mejor se adapte a sus necesidades. Algunos prefieren una administración de fondos completamente tercerizada, que traslade funciones enteras a proveedores externos para ganar eficiencia y alcance global. Otros adoptan un modelo de co-sourcing, en el que las responsabilidades se comparten entre el equipo interno del administrador y un proveedor de servicios de administración de fondos. Este modelo permite a las firmas mantener control directo sobre actividades de alto contacto, como la relación con inversionistas, mientras confían en la experiencia externa para áreas como reportes regulatorios y administración de fondos. Este modelo híbrido resulta especialmente atractivo para administradores de mayor tamaño que buscan combinar la supervisión interna con la escalabilidad y especialización del soporte externo. Otro modelo de tercerización que está ganando popularidad entre administradores medianos y en etapa de crecimiento es el modelo lift-out. En este esquema, un socio confiable en administración de fondos absorbe al equipo de back office del administrador, lo que permite a la firma operar con mayor agilidad y enfoque en un entorno cada vez más competitivo.
La resiliencia como base del éxito
Las presiones que enfrentan los fondos privados en el entorno actual son reales y van en aumento. En TMF Group, creemos que la resiliencia se ha convertido en un requisito esencial para la captación de capital. Al integrarla en sus modelos operativos, los administradores de fondos privados pueden transformar los desafíos actuales en oportunidades futuras, lo que asegura así el éxito a largo plazo.