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Publicado
30 agosto 2021
Tiempo de lectura
8 minutos de lectura

Desafíos principales al hacer negocios en México

México es uno de los países más competitivos para las inversiones a nivel internacional, gracias a su estabilidad política y macroeconómica, al tamaño y fortaleza de su mercado interno y a una inflación predecible. Sin embargo, hacer negocios en la jurisdicción puede ser una tarea que requiera mucho tiempo, si no se tienen los conocimientos locales necesarios para respaldar su negocio.

México sigue siendo un destino atractivo para los inversores, aunque con la revisión por parte del gobierno mexicano de las reformas realizadas anteriormente en sectores como el transporte, la energía y las telecomunicaciones, el enfoque de los inversores puede estar cambiando. Como resultado, ahora es la 15.° economía del mundo y la 11.° en términos de poder adquisitivo.

Uno de los mayores cambios para México ha sido su política comercial. México tiene acuerdos de libre comercio con 46 países y se ha convertido en una base manufacturera mundial, con fuertes vínculos con las economías de consumo de América del Norte y América del Sur. El país ofrece una ubicación estratégica y la proximidad a estos grandes centros de consumo, lo que permite a las empresas responder rápidamente a los cambios en la demanda.

Todavía hay muchos obstáculos que superar a la hora de hacer negocios en México. Por lo tanto, tener un conocimiento local del entorno de inversión y un buen conocimiento sobre los marcos legal, contable y fiscal puede ser una ventaja para cualquier empresa en el extranjero.

Comenzar un negocio

Empezar un negocio en México era antes un complejo campo minado, pero gracias a la firme acción del gobierno, el procedimiento es hoy mucho más sencillo. México ocupa el 60.° lugar en el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial y la 107.° posición en cuanto a la facilidad para abrir un negocio. Sin embargo, hay ciertos aspectos de procedimiento que pueden ser difíciles de abordar para las empresas que no están familiarizadas con este entorno, en particular el registro con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o la autoridad fiscal (SAT).

Tramitar permisos de construcción

La tramitación de los permisos de construcción tarda unos 76 días, lo que es mucho más eficiente que el promedio en América Latina y el Caribe. La conexión de agua y alcantarillado es lo que más tiempo lleva y la obtención de un certificado de zonificación único que indique el uso específico del suelo y la viabilidad puede ser una tarea compleja.

Conseguir electricidad

Según el Banco Mundial, México ocupa el puesto 106 del mundo en cuanto a la facilidad para obtener electricidad, lo que pone de manifiesto la complejidad del procedimiento. Es una tarea cargada de burocracia, y las empresas deben presentar solicitudes, obtener certificados e inspecciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) antes de que un contratista pueda realizar las obras.

Registrar una propiedad

El registro de la propiedad es una tarea larga y ardua, puede llevar casi el doble de tiempo en comparación con la norma de los países de la OCDE (24 días promedio). Los trámites en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal pueden ser especialmente lentos, y la obtención de un certificado de vigencia con el servicio de agua y el certificado de zonificación de la propiedad también puede llevar tiempo.

Conseguir un crédito

El buen desarrollo del sector financiero de México lo sitúa en una buena posición en cuanto a la obtención de créditos, aunque sigue siendo relativamente difícil en comparación con la mayoría de las naciones desarrolladas del mundo.

Celebración de contratos y resolución de la insolvencia

La celebración de un contrato tarda 350 días, y hay aproximadamente 40 procedimientos para hacerlo, lo que lo convierte en una tarea compleja. La resolución de la insolvencia, en cambio, es más ágil, ya que sólo tarda 1,8 años, frente a los 2,9 del resto de América Latina y el Caribe.

Proteger a los inversores

La protección de los inversores sigue siendo un tema polémico en México. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ayudó a rectificar algunos de los problemas que existían en el pasado (y ha sido sustituido por el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá), pero casos recientes como la cancelación del proyecto del Aeropuerto de Texcoco en la Ciudad de México y la reversión de las reformas energéticas, siguen creando un entorno incierto.

El pago de impuestos

El pago de impuestos es un proceso laborioso en México, que toma más de 240 horas de tiempo de una empresa al año, a pesar de que sólo hay seis tipos de pagos a realizar. En el Índice Global de Complejidad Corporativa 2021 de TMF Group, que clasifica a 77 países en función de la complejidad de su entorno empresarial, México ha subido 10 puestos en la clasificación hasta el número tres. Los principales impulsores de este aumento de la complejidad son la necesidad de interacciones en persona con el Estado y la dependencia de documentos en papel para poder constituir una empresa. Estos factores se han visto agravados por la pandemia del covid-19. Sin embargo, cabe señalar que la necesidad de interacciones en persona es más limitada cuando se trata de la contabilidad y los impuestos, la contratación o el despido de empleados y la gestión de nómina. Además, como los efectos de la pandemia empiezan a disminuir en la jurisdicción, estos procesos deberían simplificarse durante el próximo año.

Para quienes establecen un negocio en México, una de las primeras impresiones de la complejidad del mercado proviene del sistema de contabilidad electrónica exigido por la autoridad fiscal mexicana, o Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Desde su creación hasta su disolución, el SAT exige que todas las transacciones, internas o con partes interesadas, se registren en el sistema de contabilidad electrónica. Aunque parece complicado y abrumador por la carga de trabajo que puede suponer, debe observarse desde la perspectiva de su finalidad última: la trazabilidad de las transacciones, el dinero y los beneficiarios.

La legislación fiscal en México es única en el sentido de que la documentación básica aceptada que respalda las transacciones es la factura emitida por el proveedor. Aunque el país está en proceso de adopción de las NIIF (ha adoptado las NIIF para todas las empresas que cotizan en bolsa, salvo las instituciones financieras y las compañías de seguros), es importante que toda empresa extranjera que llegue al país analice las diferencias normativas y de información, sobre todo para los distintos sectores.

Leyes laborales

Otro principio fundamental de la percepción de la complejidad en México es el carácter protector de la legislación laboral mexicana hacia los empleados, que a su vez se basa en derechos otorgados por la Constitución, como el derecho a acceder a un trabajo socialmente útil, a una jornada laboral limitada y a un salario digno.

Para poder emplear, hay que registrar la empresa ante las autoridades competentes, en este caso el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (INFONACOT) y la Tesorería del Estado. Todos los trámites deben ser realizados por un representante legal con los respectivos poderes.

Una de las prestaciones más controvertidas que la ley mexicana otorga a los trabajadores es la PTU, o Participación de los Trabajadores en las Utilidades, a partir del segundo año de funcionamiento. El trabajador tiene derecho a participar en el 10 % de las utilidades reportadas por su empresa en la declaración anual de impuestos, calculando la participación individual con base en los salarios recibidos y los días trabajados. Dada la carga que esta prestación supone para los empresarios, las empresas recurrieron a modelos de explotación en los que se separa la percepción de beneficios de la creación de los mismos, utilizando esquemas de externalización o insourcing. Con la última reforma anti-outsourcing aprobada en abril de 2021, estos modelos ya no están permitidos y las empresas que los utilizan han tenido que sufrir importantes cambios.

Como en muchas otras jurisdicciones, la nómina está sujeta a la retención de impuestos. La diferencia en México es que los empleadores están obligados a reflejar el pago de la nómina y la retención correspondiente a través del sistema electrónico de la autoridad con el comprobante fiscal digital (CFDI). Para los nuevos empleadores en México, cuyos volúmenes de nómina son elevados, es muy recomendable integrar sus sistemas de nómina con proveedores certificados para poder emitir los CFDI. Aunque es un requisito crítico, no es un obstáculo insuperable. Hay proveedores y sistemas que ya están preparados para hacer este proceso transparente y fluido. También existe la opción de subcontratar el cálculo y procesamiento de su nómina.

Además del impuesto federal, se debe pagar un porcentaje de impuestos sobre la nómina dependiendo de la entidad federativa en la que se dé la relación laboral, que correrá a cargo de su empresa en su totalidad.

Existen ciertos aportes compartidos entre el empleador y el empleado, como la seguridad social, el seguro de pensiones por terminación y retiro y el aporte al INFONAVIT. Estos aportes tienen mínimos y máximos determinados por medidas de referencia que usted debe conocer, como el salario mínimo, la Unidad de Medida y Actualización (UMA) y la Unidad Mixta del INFONAVIT.

Como empleador, también está obligado a informar los datos de la nómina a diferentes instituciones orientadas al bienestar del trabajador. Desde las identificaciones de registro, los valores de la nómina, las deducciones, los aportes realizados por su empresa y el trabajador, hasta las cuentas bancarias de depósito y los comprobantes fiscales emitidos, todos estos elementos son datos primarios que serán requeridos para cumplir con los requisitos de informe de las diferentes instituciones. El incumplimiento de estos requisitos podría acarrear sanciones.

La clave es contar con expertos con conocimiento local, para guiarlo a través de esta compleja red de reglas y costumbres, dándole el tiempo que necesita para pensar en cómo lograr el éxito con su negocio en México.

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